Aparté la preocupación y la abracé con miedo.
—Cuídate, eres valiosa para todos, Alinor. —Mamá unió los ojos que heredamos con los míos y por extraño que sea me fortaleció.
Sin palabras me desvanecí, hasta llegar a donde tienen a mis chicos. Es un desorden, Karamat poseído por Imogen lucha con el vampiro de mohawk. La ventaja la tiene el tipo y tengo que ayudarla.
—Imogen, ¿sigues dentro? —bramé para ir a la segura.
Vislumbré a Takeo con ganas de salir a cortar cabezas y a su lado están Meir y Craig.
—La jeringa se cayó y no llegué a ponerla. —Me puso al tanto Imogen y alargó la mano.
Escondí mi cuerpo y aparecí al frente de la jeringa. En un movimiento veloz la hundí en la espalda del tipo. La cara de Karamat estaba roja porque el hombre lo estrangulaba y fue soltando su cuello al darse cuenta de que perdió su poder. Se ha girado, embravecido en busca del causante. Me permito cambiar a todas las especies, le muestro mi cuerpo humano, mi loba dorada y terminé en la bestia toda e