El moreno es un ser despreciable, pero es mi arma por el momento. Golpeé el bastón dos veces en el suelo y no perdió tiempo Walas. Nos desvanecemos y aparecemos en la cueva oscura con piedras. La bestia Galusan al sentirme se puso en pie y sus ojos verdes chillones me encontraron. Su voz antigua y poderosa en mi mente: Me alegro saber que estás viva. Walas está inquieto y mira a todos lados.
—¿Galusan, me extrañaste? —La emoción que siento, calma mi dolor agudo en el pecho y el eco de no contar con mi lobo.
La bestia no esperaba que respondiera en voz alta por Walas y al hacerlo se quedó en silencio. Realmente ver a la bestia me hace sonreír de oreja a oreja. Espero por su respuesta, ya sea en mi cabeza o en voz alta y le doy mi atención.
—Cuando no tienes nada más que estos barrotes y la única persona que se preocupa por ti desaparece, es un vacío intenso. —Sus palabras me sacuden por dentro y una lágrima se escapa, seguido de otra y otra.
Levanté la mano y reuní chispas azules. Las