—¿Quieren ser muertos chupasangres? —bromeo y no se echaron para atrás—. Los puedo convertir, pero antes necesito ir con mi chica —me dan miradas incrédulas—. Por Dios, si tengo a mi persona. Ella es humana por ahora y le debo este día con su familia. —Les explico, en realidad, no entiendo por qué lo hago.
—Elin —escuchar a Berwin nombrarla, me aterra y me planto en guerra al frente de él—. El moreno —se quedó callado y cerró los ojos, mueve la cabeza de lado—, está con ella en este momento en su apartamento y Alinor lo acompaña —de cantazo, abrió los ojos y se ven blancos, los mueve de lado a lado—. No tenemos tiempo. —Berwin tocó mi mano y nos teletransportamos.
Aparecimos en el pequeño espacio de Elin, ella se volvió al sentirme y al ver a Berwin desnudo soltó un bramido.
—¡Por Dios Bran, tu amigo! —le tiró una toalla que tenía en su cama y Berwin la sostuvo con su semblante duro. Sigo su mirada hacia la puerta abierta y se encuentra Alinor con el moreno—. Tengo unos vendedores