- ¿Cómo amaneció, mi pequeño frijolito hoy? - Carlos puso su mano sobre el vientre de Amelia, quien sonrió ante el acto, si hubiera podido tener un hermano le habría gustado que fuera como Carlo, cariñoso y atento, sabía que no existía ninguna intensión sexual entre ellos, porque a Carlos, las mujeres no le llamaban la atención. Era el secreto mejor guardad de su amigo y que solo compartía con ella, por supuesto que ella no se lo diría a nadie, no sería capaz de herir a su amigo de esa manera.
- Tu sobrino bien y ¿tu? – Carlos pestaño fingiendo no entender
- Estoy bien Amelia
- Te escuche discutir por teléfono, ¿me dirás, el motivo por cual volviste?
- Mis padres descubrieron lo que soy – su sonrisa desapareció mientras sus ojos se pusieron tristes
- ¿Enserio? – él asinti&o