Justo en ese momento, sonó el timbre de la puerta.
—¿Por qué alguien viene a esta hora? — Aarón estaba muy perplejo.
—Aarón, ve a abrir la puerta. Son invitados que he solicitado—Clara dio órdenes con calma y compostura.
Invitados. La señorita Clara no le había dicho que esperara a ningún invitado esta noche.
Aarón no tuvo mucho tiempo para pensar y se dirigió a la entrada para abrir la puerta.
Fuera de la puerta, estaba una joven de aspecto agradable, de unos veinte años, vestida con ropa deportiva sencilla y llevando una gorra negra.
—Tú eres—Aarón se quedó atónito mientras la observaba con detenimiento.
—Soy Aurora, la criada de la familia Hernández. Siempre he estado cuidando a la señorita Noa—Aurora se presentó nerviosamente, mirando de un lado a otro con gran ansiedad.
Tan pronto como Aarón escuchó que era la criada de Noa, entendió de inmediato.
—Aurora, lamento enormemente, no haber podido recogerte personalmente debido a circunstancias especiales, por lo que tuviste que venir