Esta bofetada, Alejandrola lanzó con el 80% de su fuerza.

Sabía que sus manos, que una vez empuñaron armas como militar, tenían un gran poder destructivo. Si hubiera aplicado el 100% de su fuerza, Ema no solo habría perdido los dientes, sino que probablemente habría perdido por completo el conocimiento.

No quería que ella aprovechara la oportunidad para irse. Todavía había muchas cuentas pendientes entre Clara y ella.

Todos estaban en pánico, incluyendo Enrique viendo cómo Alejandro golpeaba a su esposa, pero nadie se atrevía a intervenir.

En esta casa, ni el señor Hernández puede controlar aAlejandro. ¿Quién más podría hacerlo?

—¡Ah! —Leona se asustó demasiado, tanto que se tapó la boca, su cuerpo estaba cubierto de sudor y sus pantorrillas temblaban intensamente.

Al ver a su madre siendo golpeada, ella no tuvo el coraje de correr, protegerla y detener el ataque.

Incluso la gente de la familia Rodríguez se quedó boquiabierta.

Aunque las palabras de Ema fueron demasiado ofensivas, ella