En la biblioteca, tanto Ema como Leona están presentes.
Naturalmente, Enrique no permitiría que Fernando viniera, después de todo, en sus ojos, el viejo señor está del lado de Alejandro.
A este punto, padre e hijo están prácticamente en total oposición.
Parece que, desde el suicidio de la madre de Alejandro, solo les queda una relación simplemente de padre e hijo. Y la brecha que se interpone entre ellos se ha ampliado aún más debido a Clara.
Pero esta escena, es precisamente lo que Ema desea presenciar.
Solo cuando estén en conflicto directo y cada uno por su cuenta, ella podrá aprovecharse de las ventajas que obtenga de la confusión en la familia Hernández.
Dicho esto, Enrique sigue siendo el padre de este bastardo, y sin importar cuánto talento tenga, al final tiene que obedecer a su padre.
—Te hice venir para hablarte acerca de algo importante.
Enrique se sienta fríamente en el sofá, y arroja descuidadamente frente a Alejandro un nombramiento recién dado—ya he decidido contratar fo