Pol apoyó la mano en su cabeza, su voz resonaba con gran pereza. —Estoy impaciente por ver a Ernesto y Víctor luchando entre sí.

—Pol, ¿crees que este Ernesto se parece tanto al joven de la familia Pérez que murió en el accidente aéreo? ¿Podrían ser la misma persona? —preguntó Héctor con gran curiosidad.

—¿Y si lo son? ¿Y si no lo son? Todo esto solo hace que mi juego sea aún más interesante—respondió Pol con una malévola risa.

—Víctor encontró su final a manos de su propio hermano, al menos murió sin arrepentimientos—añadió con ironía.

—Ese Víctor ha arruinado nuestros planes una y otra vez, además es policía. Si lo eliminamos de una vez por todas, nos quitaremos un gran problema de encima—reflexionó Héctor.

—Pero esta vez, ¿por qué llevar a Esperanza? ¿Acaso tienes dudas sobre ella? ¿Quieres ponerla a prueba? —preguntó muy vacilante.

Detrás de sus gafas doradas, los ojos de Pol se entornaron en una mirada sombría.

Desde que la familia Almazán se retiró, Fernando durmió mejor y disfru