Cada vez me cuesta menos entender a estos chicos y por consiguiente encontrar la forma para hablar con ellos. La oficina en la que estaba me dejaba ver un largo pasillo por el que corría gente,iban y venían con prisa,pero eso no me desanimó, al contrario,yo quería hablar con William Carter y así poder entender un poco a ese chico que tantos dolores de cabeza nos causó, y digo nos causó porque no creo ser la única que quería tomar a esos dos de las orejas y sentarnos a hablar para que de una jodida vez se dejaran de tonterías.
Apure el paso y me adentré a la pequeña oficina en la que el pobre de Carter estaba esperando. La situación para él no es nada fácil y en la rigidez de su rostro puedo ver que no la está pasando nada bien.
—Buenos días señor Carter—Lo saludó y él extiende su mano,de esa forma puedo examinar sus profundos ojos azules y en ellos encuentro una profunda desesperación—Soy la trabajadora social que lleva su caso.
Él me mira y asiente levemente con gesto descuidado,com