Narra Alondra Ferreyra
Era bonito ver el ambiente de mi güero aquí en Madrid, verlo feliz, en su elemento, con sus amigos y en la ciudad que lo vio nacer. Yo no cabía en mí del asombro y a pesar de las diferencias, que había entre México y Madrid, me gustaba mucho este ambiente y esta parte de él, que era hasta ahora desconocida para mí.
En México solo le había conocido como amigos a Lisa y a Andrés, pero aquí todos estos chicos, parecían adorar a mi chico y eso me gustaba mucho. Se veía, que todos, lo hacían parte de sus vidas.
–Brindemos por Alondra y por hacer el milagro del regreso de nuestro amigo De María – Dijo Sabadelle – Yo hubiera jurado que, el ya no volvería por Madrid.
Yo no sabía qué David, no iba a venir a Madrid, si no venía yo también, pensaba que él vivía repartido entre Madrid y México, donde pasaba la mayor parte del tiempo y qué lo que tenía con su padre, era un compromiso que tenía que cumplir, más no qué había tomado la decisión de quedarse si yo no venía, pero