Nina
Entramos en la habitación del hotel, con la tensión de la cena aún palpable, pero no expresada. Enzo dejó la chaqueta y se volteó para mirarme. Al instante, supe que algo iba mal.
"¿Por qué fuiste tan imprecisa sobre cómo nos conocimos, Nina? Parecía que no querías hablar de eso", dijo, con voz