"Te llevaré a casa cuando seas capaz de caminar sin desmayarte", respondió Enzo, sus palabras inmediatamente seguidas por un repentino trueno que hizo parpadear el televisor. "Además, hay un tifón".
Me estremecí y me llevé las rodillas al pecho. Enzo se levantó sin decir nada y agarró una manta de u