Diana.
Las damas qué primero me miraban con odio ahora me ven con pena y tristeza en su mirada, las personas son tan fáciles de influenciar pero solo hay una que me sigue mirando con molestia qué es la madre del emperador.
-¿ y como sabemos que todo lo que dices es verdad ? ¿ acaso tienes pruebas ?
-de hecho si pero es muy doloroso recordar todo eso.
-su majestad por favor hay que cambiar de tema.
Una de las damas de compañía le habla con voz suplicante y funciona ya que la emperatriz abre su abanico con delicadeza y cambia de tema mirando asía otro lado con disgusto, a nuestro lado pasa un sirviente con una charola con copas de vino y ya tengo mucho que no tomo una, lo tengo con una seña leve y tomo una con una sonrisa leve.
-gracias.
-no es negué le agradezcas ese es su trabajo.
-si pero al darle las gracias se animan y asen su trabajo de mejor manera.
-nunca lo avia pensado.
Las damas comienzan una conversación qué no tiene interés alguno para mi y al ver a mi izquierda me percató