Capítulo #3

Allecra

Apenas abrí mis ojos me solté del agarre que Gabriel tenía en mí para poder meterme rápido al baño y así asearme necesito empezar el día ya y dejar atrás este error que acabo de cometer, como siempre acostumbro a mirarme en el espejo lo hago pero no reconozco a la mujer que me devuelve la mirada en el reflejo, tanto ha cambiado mi vida en apenas 3 años, pase de ser la dulce y obediente Allecra a esto.

No pierdo más tiempo lamentándome y tomo una ducha rápida, salgo envuelta en toalla lo más despacio que puedo no quiero enfrentar aún a Gabriel, estoy caminando de puntillas hacia mi bolso de emergencia que logré llenar con algo de ropa ayer antes de huir de la anterior casa, me arrodilló junto a ella y empiezo a buscar la ropa más cómoda posible.

—¿Por qué Caminas en puntillas, Alle?—¡Santo cielo!, casi me muero del susto que me acaba de dar, diablos, no quería tener que hacer esto tan temprano, mucho menos cuando sigue desnudo en mi cama.

Pero ni modo me armo de valor para hacer esto, debo poner un alto no es justo para él así que me pongo de pie, avanzo hacia la cama en donde Gabriel sigue acostado en la cama muy relajado con las sábanas enredadas en sus piernas y su cintura, es guapo lo reconozco, pero no despierta nada en mí quizás suene mal esto pero pienso que el embarazo y la situación que viví a manos de esa basura de Rafaelo hicieron que me apoye en él de esa forma, también es culpa mía por dejarme llevar.

¡La liaste bien grande Allecra!

—Gabriel creo...yo creo...que— no me deja terminar de hablar, porque su poca paciencia hace que me interrumpa.

—¡Allecra por favor hazlo rápido!, quiero saber si lo que vas decirme es lo que me imagino, así que deja de dudar y dilo ya de una vez no tienes porque dudar—paso una mano por mi cabello húmedo me siento incómoda por está situación, pero es ahora o nunca.

—¿Sabes que te quiero verdad?, Gracias a ti sigo viva y mis hijos estan aún conmigo, pero no puedo amarte como tú esperas que lo haga, lo siento tanto, pero ese maldito tiene mi corazón a pesar de todo lo que me ha hecho, aún siento que lo amo—¡Ya está!, se lo dije.

No puedo hacer esto otra vez, aunque imaginé que era él con quien tenía sexo ayer, pero no se sintió bien para nada, por lo menos no cuando acabó todo.

¡Te odio Dante!, yo aquí dándole importancia y él revolcándose con cualquiera como sí nada.

—No acepto esa pobre excusa que me acabas de dar, es más no me importa si aún crees que lo amas, tendré paciencia contigo nena lo que sí no haré es dejarte ir, nunca más Alle, no me pidas eso—lo que dice no me gusta para nada ¿O sea que me va a obligar a estar con él?

—¿Perdón? ¿Escuché bien? ¿Me vas a obligar a estar contigo?, porque eso es lo que me estás diciendo con tu negativa a aceptar mi decisión—yo me prometí a mí misma, que si salía de las garras de Dante jamás volvería a cometer ese error con otra persona, yo sería la dueña de mi vida siempre.

—Mira Allecra comprendo que saber que él te vino a buscar despertó cosas que crees que sientes por él, pero la realidad es que estás confundida nada más, en unos días se te pasará ya lo verás, fin de la discusión—se pone de pie de mala gana y se mete enojado en el baño azotando la puerta.

¡Espero que la razón entre pronto a su cerebro, porque sino lo hace vamos a tener problemas!

Me visto rápido y salgo de la habitación, porqué si me quedo unos minutos más juro que terminaré lastimando a Gabriel de todas las formas dolorosas que están pasando en mi cabeza ahora mismo, pero solo por lo que Bella y él hicieron por mí, es que prefiero dejarlo pasar.

Camino hacia la habitación de los niños y abro la puerta, pero por lo visto se me adelantaron Bella e Isabella, ambas están dando el biberón a los niños.

—Estaba de camino acá pero tuve un pequeño inconveniente, gracias por darme una mano chicas—me acerco a Niccoló que está en los brazos de Isabella, mi bebé deja el biberón y me estira sus bracitos para que lo cargue.

Lo tomo en brazos y beso su cabecita como siempre hago cada vez que lo tengo junto a mí.

—¿Sí? ¿ Quizás te refieres a que estabas ocupada montando a Gabriel?—sugiere una enojada Isabella.

—¿Y tú qué sabes de montar Isabella?, has estado tomando clases de equitación en secreto a nuestras espaldas—pregunta una Bella risueña tratando de aligerar el ambiente, pero ninguna de las dos le presta atención a su intento de bromear.

—¡Ok, basta!, Si Quieres decirme algo dímelo ya, porque estoy tan cansada de tu actitud de m****a, hermana—exploto no lo puedo evitar, hoy estoy de malas con todos por lo visto.

¿Ahora ella es #Team Dante?

Aunque él siempre fue malo conmigo, por lo visto con Isabella no, porque ahora es fiel defensora de él—¿Sabes qué es lo qué pasa hermana?, veo que te estás convirtiendo en alguien como era madre, se supone que ninguna de las dos quería terminar como ella, ¡Estás casada por Dios!, tienes hijos con él, aunque sé que fue una persona muy horrible contigo al principio, él cambió después yo lo vi y no merece que le hagas esto—se acerca a mí muy enojada—Pórtate como una adulta, debiste hablar con él no correr a los brazos de otro hombre pidiendo auxilio, ¡Ahora no solo pones en riesgo la vida de tus hijos y la mía, la de tus amigos también! ,¿Qué rayos te pasa Allecra?, no te tenía por ese tipo de persona—me quedo muda y muy sorprendida.

Nunca lo vi así de esa forma, en mi afán por tomar el control de mi vida busque la mínima excusa para dejarlo—¡Isabella basta!, No hables de lo que no sabes—interviene Bella para que no sigamos discutiendo, pongo a Niccoló en la cama junto a Gianna para que jueguen un rato, mientras me siento en el borde de la cama.

—¡No Bella, deténganse por un momento todos ustedes!, yo sé que ninguna de nosotras pidió nacer en este horrible mundo de mafia, pero saquen las cabezas de sus traseros y solucionen las cosas como jodidos adultos que son, él hombre fue a buscar a su esposa e hijos, estoy más que segura que quiere respuestas ya que dudo que tenga claro porque ella lo dejo así de la noche a la mañana—Mi hermanita pequeña tiene garras y también es muy lista por lo visto, porque a veces me hace ver cosas que las he pasado por alto, pero ella no sabe todo lo que en realidad sucedió así que no puedo darle la razón del todo.

Bella va hablar pero la interrumpo—Okey entendí tu punto, pero no me juzgues si no sabes todo lo que viví y sufrí junto a él, ¿Va bene?—estoy sin palabras, desde el punto de vista de Isabella me veo como una completa idiota, adultera y egoísta.

—¡Va bene!, todas aquí sabemos que él nunca fue un santo, sé de algunos de los desplantes que te hizo, incluso una vez lo vi con mis propios ojos cuando le dije que habías desaparecido como estaba con esa resbalosa de Vanna, pero lo que estás haciendo con Gabriel a sus espaldas estando aún casada, te deja muy mal hermana—con esas últimas palabras, abre la puerta y se va.

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