Parte 2 Capítulo #2

Dante

Estoy perdido de borracho en uno de los mejores bares de New York que pertenece a la Familia Colombo, si esa arpía se está aliando con los Bonanno, yo me busqué una alianza mejor para aplastarla a ella junto con su estúpido amante.

Una preciosidad de pelo castaño claro está en mi regazo es muy hermosa pero no como la belleza de ojos turquesa y cabello color chocolate que tenía en mis manos por esposa, quitando mis pensamientos de esa mujer, tomo del cabello a esta chica tirando su cabeza para atrás con algo de fuerza y la beso, ella gustosa me lo devuelve cuando ya me siento satisfecho de cómo está reaccionando me pongo de pie haciéndole señas a Emilio que nos vamos a casa, tomo de la mano a esta muñeca y salgo de ahí para tener algo de diversión.

Va a ser una noche muy larga para ambos, espero que ella si tenga éxito en hacerme olvidar, lo que las demás no han podido hacer.

A la mañana siguiente me despierto con un dolor de cabeza intenso, me duele todo el cuerpo, me arden los brazos y la espalda, esa mujer me dejó todo lastimado con sus uñas, me muevo en la cama estirándome totalmente hasta que mi mano toca algo, miro en esa dirección y es la espalda de la belleza que me traje anoche al hotel.

Si fuera el Dante de antes no perdería el tiempo y me volvería a enterrar en ella, pero ahora solo quiero que se vaya, la muevo de manera brusca con mi mano en un intento de que se despierte, pero ella se mueve hacia mi ronroneando como un gatito acurrucándose más cerca, sigo insistiendo hasta que se despierta del todo.

—¡Largo, ya vete!, toma tu ropa y desaparece de mi vista, si quieres dinero Emilio te dará todo lo que quieras pero ya largarte de una buena vez—escucho como grita furiosa y se levanta de la cama para recoger su ropa del suelo, pero todo ese drama lo ignoro solo quiero que desaparezca de una buena vez.

¡Esa bruja de Allecra me arruinó para las demás!, pero no me importa yo estoy acostumbrado a esta vida de soledad, solo quiero recuperarlos a ellos, mis hijos.

Ella puede quedarse con ese perdedor, solo si se opone los mataré a ambos, quiero ser considerado con ella solo por ser la madre de mis hijos, nada más, me levanto de la cama de mala gana hay trabajo que hacer y alianzas que forjar, enemigos que cazar y traidores que matar.

Ser un líder no es fácil pero es un trabajo que me encanta, tomo una ducha rápida y me reúno con Emilio en el comedor de mi habitación.

—¿Y bien?, tienes noticias de Leo y Vanna—espero su respuesta mientras bebo un trago de café negro sin azúcar y dos pastillas para la resaca de m****a que tengo.

—Sí, pero están en Londres no acá, jefe—dejo que continúe antes de hacer mis preguntas.

—Están aliados con Billy Kray, así como lo estaba Luciano Cavour, esto es un desastre, Leo dejó que su amor por su hermana vaya demasiado lejos, nos está traicionando y no solo eso, él va por Allecra y los niños—eso me pone alerta, no solo quiere lastimar a la mujer que amé una vez, también quiere herir a mis hijos, eso jamás va a pasar, no mientras yo viva.

Sintiéndolo mucho, pero mi venganza contra Allecra tendrá que esperar un poco, ahora debo de volver y encargarme de esas escorias humanas—Volveremos a Londres, programa una reunión con Frank Russo lo más rápido posible, debemos regresar para empezar la cacería, por ahora vamos a dejar vivir a esos adúlteros un poco más—me bebo lo que resta de mi café y me pongo de pie estoy listo para hacer lo necesario para sacarme todo este mal humor que llevo encima.

—¡Como usted ordene, jefe!—se retira para hacer lo que le acabo de pedir.

Paciencia es lo único que debo de tener y las cosas van a pasar como quiero, ahora que recuerdo, en el clóset de esta habitación tengo una pequeña cosita que me puede ayudar en lo que tengo planeado, me pongo de pie y hago mi camino a la habitación, cierro bien con llave no quiero que nadie nos interrumpa, abro las puertas del clóset y ella está ahí lanzándome una mirada cargada de tanta ira, no puedo evitar reírme en su cara.

—Hola Alessandra, ¿Cómo amaneciste hoy?, Necesito un pequeño favor de ti pero si intentas algo, temo que tendré que acabar contigo—no puedo evitar reírme un poco más ya que ella vino a mí para tenderme una trampa y termino siendo capturada.

—Dime cómo puedo capturar a Vanna y te dejaré vivir tranquila en donde tú quieras, ¿Tómalo o déjalo?, tú decides querida—ella se queda quieta con los ojos abiertos llenos de sorpresa, luego asiente muy entusiasmada con lo que le acabo de prometer la conozco tan bien que sé que puntos debo presionar para hacerla ceder, pero no se me olvida que es una traidora de primera también.

—Bien, te voy a soltar luego te irás a bañar y a vestir apestas demasiado, después tomarás asiento aquí en la mesa tenemos mucho de que hablar—me acerco a ella y le quitó las esposas que la tenían asegurada al tubo dónde se cuelga la ropa dentro del armario.

Se masajea las muñecas y me lanza una mirada de odio, mientras mueve ese perfecto cuerpo lleno de curvas de camino al baño, tomo asiento y espero hasta que salga, hoy será un día muy productivo por lo visto.

Manos a la obra.

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