Autem suspiró suavemente y señaló hacia Lisandro, quien acababa de entrar al hospital.
—Lluvia, ¿crees que él aún te tiene en su corazón? Porque a mí me parece que ahora le importa más su esposa.
Lluvia se rio con ganas.
—¡Ay, papá, era una broma y te la creíste!
Mirando hacia fuera de la ventana de