—¿Quién dice que no la ...?
Lisandro empezó a gritar enojado, pero se contuvo, tragándose las palabras que casi salen por instinto.
—Lisandro —Luis se burló—, ¡ni siquiera te atreves a decir que la amas! Parece que no significa mucho para ti.
—¡Lo que ella significa para mí no es asunto tuyo! Es mi