Ahora, Rebeca se daba cuenta de que solo le quedaba Andrés. Aunque no tuviera dinero, él era bueno con ella y con Amado; vivir una vida tranquila y modesta no estaba tan mal. Era mejor que criar sola a su hijo. No quería seguir presionando tanto a Andrés; no podía permitirse perderlo.
—Mamá, no te p