—¡Yo no hice nada, no hice nada! ¡No hice nada!— gritaba en voz alta, repitiendo esas tres palabras constantemente.
Sin embargo, esas desagradables habladurías resonaban en sus oídos como un hechizo, negándose a detenerse.
—¡Dejen de grabar!— rugió Ricardo.
El perfil público de Ricardo siempre ha si