Víctor todavía se negaba a creer que Yazmin tuviera dos caras.
—¡La conozco desde hace cuarenta años! ¡Éramos compañeros de clase en la secundaria! ¡Casados por más de veinte años! La imagen que siempre tuve de ella era de una persona amable y bondadosa.
—Ximena, no es que no quiera creerte. Quizás