—Lo siento, señora Soto, pero no puedo permitirme contratar a Ricardo.
—¡Pero son primos! ¿No te ayudaría con algo tan pequeño?
Marcus jugueteaba con su bolígrafo y dijo sin cortesía:
—Señora Soto, también es la tía materna de Ximena. Cuando Ximena estuvo hospitalizada, todos íbamos a visitarla a di