Catalina se detuvo.
—Si tanto aprecias a Ximena, ¿cuándo van a anunciar su boda con Lisandro? ¿Cuándo asumirá su lugar en la Casa Mendoza?
Al mencionar esto, Armando se tensó. Se dirigió al coche, pensativo.
—¡Eso necesito considerar! —exclamó.
Catalina lo siguió, preguntándole sobre su resistencia