—¿Buscar a otra? ¿Qué cosas sin sentido estás pensando?
—¿Yo pensando cosas sin sentido? ¿Realmente me lo dices a mí? —Ximena, señalándose a sí misma, agarró una almohada y empezó a golpear a Lisandro—. ¿Estoy pensando cosas sin sentido? ¡Tú lo sabes muy bien en tu corazón!
Lisandro, abrumado por lo