En el otro lado del teléfono, al escuchar la voz de Ximena, el tono bajo se llenó de un atisbo de alegría y un nudo en la garganta.
—¡Soy yo, Fabiola Barajas!
—¿Fabiola Barajas?
Ximena no esperaba que Fabiola se pusiera en contacto con ella. Después de salir de prisión, ¿no había regresado a su pueb