—Señorita Vázquez, ¡este es un buen lugar para tomar un taxi! Mi esposa no se siente bien, la llevaré a casa ahora.
Lluvia parecía algo decepcionada, pero comprendía la situación. Le dio una palmadita en la mano a Ximena.
—Descansa bien en casa, y cuando tengas tiempo, salgamos a comer.
En el camino