¡Plaf! ¡Plaf!
—¡Ximena! —gritó Enrique y luego se lanzó al río.
Enrique intentaba sacar a Ximena del agua, pero Rocío se interponía, arrastrando a Ximena hacia el fondo del río.
—¡Zorra! ¡Hoy vas a tomar tu merecido!
Rocío había sido miembro del equipo de natación y nadaba excepcionalmente bien. Xim