—¡Qué puedo pensar! No esperaba que Agustín jugara tan duro, —dijo Lisandro sacando un cigarrillo y encendiéndolo.
Había sido extremadamente cauteloso con este asunto, no le había dicho nada a Ximena de antemano, precisamente por temor a que se filtrara. Nunca imaginó que Agustín tuviera un as bajo