» Y vi que compró dos porciones de camarones a la Diabla. ¡Añadió mucha salsa picante, todo era rojo! ¡Es lo que te gusta! —Ximena bajó la mirada, sin querer ver a Gael forzando una sonrisa.
—Estuve enferma esos días, mi garganta estaba incómoda —respondió.
—Comer camarones a la Diabla cuando estás