Ximena intentaba explicarse sin tener resultados positivos.
—¡No soy la otra!, no soy...
Pero nadie le creía, a su alrededor, la multitud levantaba sus celulares para tomarle fotos, lanzándole insultos y señalándola con desprecio. Sus explicaciones, pálidas y frágiles, eran fácilmente ahogadas por e