Ximena rápidamente la ayudó, preocupada de que pudiera lastimarse.
—Mija, ¿qué hay de lo que me pediste investigar? —preguntó Mariana.
Sofía suspiró con decepción: —No encontré nada sospechoso.
—¿De verdad? ¡No aproveches que estoy en el hospital para mentirme!
Acercando su rostro al de Mariana, Sof