El teléfono de Dolores seguía sonando insistente.
Visiblemente molesto, Diego llevó su teléfono al pasillo para contestar.
—Madre, Mari no quiso decir eso, su teléfono tenía mala señal. Estuvo sin señal todo el tiempo.
—Sí, sí, ya entendí. ¡Lo pensaré! Claro, claro... ese niño no debería nacer, lo t