El desgarrador llanto volvió a estremecer a los presentes.
Desde lejos, Ximena intentó echar un vistazo al bebé llorando en brazos de Rebeca. A pesar de la distancia, su experiencia como madre le decía que el llanto del niño podía ser por hambre, un pañal sucio, o tal vez alguna molestia.
Le susurró