* * * * * * * * * MERLÍ * * * * * * * * * *
—Tu habitación seguirá siendo la del primer piso —informa cuando entramos a la enorme casa blanca en la que había vivido los últimos meses—. No puedes hacer muchos esfuerzos aún, así que... evitar las escaleras ayudará —precisa como si fuera un tutor imponiendo disciplina.
—Entiendo… —susurro al ver a mi pequeño bebé y sonreírle—. ¿Quieres conocer nuestra habitación, mi amor? ¿Sí? Pues vamos, mami te la mostrará…, mi pequeño ángel —musito al admirar su angelical rostro—, mi pequeño…
—¿Aún no has decidido el nombre?
—No, aún no —preciso muy apenada al verlo—. Tú… ¿tienes alguno en mente?
—Algunos, pero… tú puedes elegirlo.
—Quiero escuchar alguno.
—No son tan buenos…, creo…
—Igual. Quiero escucharlos.
—Está bien, pero vamos a tu habitación. Tú y el bebé deben descansar.
—¿Más de lo que descansamos en el hospital? —articulo divertida; y él esboza una casi inadvertida sonrisa—. Bueno…, vamos —concreto; y juntos entramos a mi dormitorio