* * * * * * * * * BAYÁ* * * * * * * * * *
—¡Señor! ¡No la mueva! —exclama mi mayordomo al impedirme tocarla.
—¡Merlí! —grito desesperado al ver que había quedado inconsciente.
—¡Llamen a emergencias! ¡Rápido!
—¡Merlí! ¡SUÉLTEME! —ordeno al liberarme de su agarre de forma brusca.
—Señor, no la mueva.
—Merlí, Merlí, Merlí, por favor, abre los ojos —suplico desesperado al tomar su mano—. ¡Una ambulancia! ¡Rápido! —grito nervioso al notar que no reaccionaba.
—Ya llamaron, señor...
—Merlí..
—¡Llamen al señor Ramsés! —demanda mi mayordomo.
—¡Que traigan una de nuestras ambulancias! —ordeno en un grito—. Si hay uno de nuestros doctores, ¡tráigalos ahora!
—Señor, debemos esperar la del hospital más cercano. Nuestros médicos no están en la propiedad en este momento.
—¡¿DÓNDE CARAJOS SE HAN METIDO?!
—Señor, están en el punto rojo!
—¡JODER! —reniego desesperado—. ¡QUE VENGA YA LA M*****A AMBULANCIA DEL HOSPITAL ENTONCES!
—Están en camino, señor
—¡No la toque! —advierto a mi mayordomo cuando se ha