He informado a la policía internacional su reciente intrusión al país y las molestias que ha causado a mi familia.
La policía ya está bajo alerta, Igor no puede entrar al país y a menos que quiera perder a toda su gente no se moverá, los barrios rusos y rumanos serán vigilados y todos aquellos que reciban órdenes o se comuniquen con él serán arrestados o encarcelados, si llegan a manos de la policía antes que a mi claro.
Así que así son las cosas, tanto ustedes como Igor están atados de manos. ¿Cómo piensan enfrentarme?
Tal vez lo mejor sería que todos murieran y así podrían tomar una decisión por ustedes mismos por una vez en su vida y obtendrían la libertad que desean.
-Libertad...
-¿Disculpa?
¿Para eso me interrumpes? ¿Para repetir una palabra insignificante?
Michael repasaba en su mente la carta de Sofía y al escuchar la palabra libertad entendió lo que ella había querido decir y lo que le había entregado en sus manos.
Tragó saliva, respiró hondo y habló.
-No hace falta que los am