-¿Se lo dará?
-¿Cómo?
-Que si le dará el divorcio si ella se lo pide.
-No lo sé Nana, no lo sé, no creo estar listo para eso, no quiero dejarla ir.
La amargura que emanaba podía sentirse en el ambiente, claro que había pensado en el divorcio pero cuando se lo planteaban en voz alta la respuesta era clara, no lo haría, no se divorciaría, debía intentarlo una vez más y otra y otra hasta que funcionara, con eso en mente se retiró a su habitación para prepararse sin percatarse de que Sofía estaba escondida cerca de la cocina y había escuchado su conversación con Nana, un escalofrío la recorrió, se sacudió para olvidarse de tal sensación y subió a su habitación a hurtadillas.
*****
Eran casi las nueve cuando aquel adonis salió de su habitación, lucía un traje gris de cuatro piezas pulcro y elegante como siempre, camisa blanca, zapatos negros, el cabello peinado hacia atrás y emanaba un olor a menta mezclada con sofisticación, seguridad y poder.
Solicitó a su chofer que lo llevara a la mans