Con mirada tímida preguntó señalando el miembro del Adonis.
-¿Puedo?
Michael era una persona muy cuidadosa con su higiene personal, pero después de un largo día de trabajo se sentía un poco sucio, no dejaría que Sofía lo probara sin antes lavarse.
-Lo siento princesa, pero creo que ahora estoy un poco sucio y sudado, será otro día.
-Está bien.
En realidad jamás lo he hecho, sólo sentí curiosidad.
-Tampoco lo he hecho. No hay mejor persona para vivir la primera experiencia que tú, mi esposa. Pero quiero estar completamente limpio para ti.
-Está bien. Ahora continúa ja ja ja. No te distraigas.
-Cómo ordene mi señora.
Volviendo a cada uno a su actividad Sofía se acostó por completo en el escritorio y Michael se rindió ante ella, hincándose con delicadeza retiró las pantis de Sofía y comenzó a acariciar su entrada con sus dedos.
La imagen que tenía en frente lo maravilló, los labios carnosos, húmedos y rosas de Sofía suplicaban ser tomados por su boca.
Mientras el canto de sire