Después de la llamada con Nathan, Michael se concentró en su trabajo, no podía descuidar la empresa, al ser socio de Justin sabía que si no estaba atento a sus negocios incluso podía poner en riesgo su empresa.
A los ojos de Michael, Justin no era una persona de fiar, así que tenía que encargarse personalmente de sus negocios dejándole a su socio la menor cantidad de trabajo posible, nada que pudiera causarle problemas en el futuro.
Para cuando terminó ya eran más de las doce de la noche, salió del edificio en su Bentley negro y se fue a casa.
*En casa*
-Niña, es tarde. ¿Por qué no descansa?
-No puedo Nana, quiero esperar a Michael, quisiera hablar con él y me gustaría hacerlo hoy. Por cierto, ¿por qué nos dices niños a ambos?
-Es por cariño, he sido Nana del niño Michael y de sus hermanos desde que llegó a este mundo, lo quiero como si fuera mi hijo y ahora que estás aquí también soy tu Nana, ambos son mis niños.
(Pero debería llamarlos conejos, porque cuando están juntos en la casa