La calidez de la cobija hizo que Sofía volviera a quedarse profundamente dormida, pero de nuevo esto sólo funcionó por una hora, comenzó a sentir que no podía dormir y que las horas pasaban muy lento, se sentía incómoda por estar cerca de ese hombre que tanto deseaba tener.
Decidió bajar para dar un paseo, pero justo cuando se sentó sobre la cama Michael la tomó en sus brazos y le habló con voz ronca y seductora.
-¿No puedes dormir, cierto?
Tampoco yo... Tal vez, estás demasiado acostumbrada a mi y yo a ti, pero estoy aquí a tu lado, eso debería bastar o es que acaso ¿lo que no te deja dormir es tenerme cerca? Tal vez me deseas demasiado y tenerme cerca te impide conciliar el sueño, es lo que me está sucediendo ahora mismo a mí.
Sofía no sabía que decir, sentía su corazón latir de manera acelerada, el pecho firme de su esposo subía y bajaba con su respiración, empezaba a sentir cómo un calor le recorría el cuerpo, estaba excitándose.
Levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los