Capítulo 44. Tragedia.
Capítulo 44.
Tragedia.
Al ver la escena, Agustín interviene antes de que haya más problemas.
—Cierra la boca, Julio, piensa en tu madre y tus hermanos, no seas idiota.
Julio se ríe con sarcasmo y levanta sus manos en defensa, aparatándose de Ricardo.
—Permiso, jefe —dice con arrogancia.
Ricardo empuña su mano, mirándolo con los ojos inyectados en sangre.
—Ricardo, ignóralo, hombre, solo está celoso por lo de Valentina, no supera que lo haya rechazado. Tú déjalo, perro que ladra no muerde.
—A ese perro le romperé el hocico si continúa desafiándome; no sé qué se trae, no lo pierdas de vista.
—Vete tranquilo, yo me encargo.
Ricardo se pone su sombrero y sale de vuelta a la hacienda, encontrándose con Pablo en la entrada.
—¿Qué pasó? ¿Por qué has regresado temprano? ¿Ha surgido algún inconveniente?
—Sí, hablemos.
Ricardo y Pablo se meten al estudio, donde Ricardo le empieza a plantear un método de estrategia para recuperarse y asegurar ingresos.
— La fábrica de