Capítulo 12.

Delirios.

Ella lo sigue dejando a la cría con los cuidadores y se va.

—Ya estamos dividiendo los bidones con la leche, hemos sacado 10 barriles de queso duro, señor, ¿quiere probarlo?

—Sí, Vinicio. —Responde Valentina.

A ella le dan un trozo de queso fresco y le entregan otro pedazo a Ricardo.

—Tenemos todo preparado para la feria, señor, llevaremos todo a las neveras. Tengo que informar que tengo dos vacas enfermas, no quieren producir leche; creo que tenemos que llamar al veterinario.

—Enséñamelas. —Pone Valentina, moviéndose detrás del hombre cuando se detiene. —Espera, ¿qué suena así?

Ella se voltea, Ricardo la mira desconectada cuando de repente algo le salta; ella lo esquiva y cae a la mano de Ricardo, quien se tensa al ver a la serpiente mordiendo su mano.

—¡MALDICIÓN! —exclama él un poco asustado.

—Suuh… —intenta calmarlo—. Mírame, no te muevas, mírame. Vinicio, el envase.

Ella se mueve mirando a Ricardo, la serpiente lo suelta e intenta atac