Renaldo se relamió los labios, mientras saboreaba los pezones de su esposa de arriba hacia abajo, a la vez que chupaba la punta de su pezón y apretaba con más fuerza.
El maldit0 vibrador siguió en su interior, enloqueciéndola. Sin decir una palabra Renaldo colocó la palma de su mano sobre su sex0,