—Y de una niña —le aclaró su padre y negó enérgicamente.
—¡No papá! Ella no será mi hermana, ya te lo dije, será mi novia.
—Pequeño, los hermanos no se enamoran, es prohibido enamorarse de tu hermana —enfatizó Renaldo.
—Por eso no será mi hermana… porque así al crecer nos podremos casar —habló sa