Ese día en la tarde después de que se le calmó el dolor Andrew bajó a almorzar con su familia y respiró profundamente cuando vio que Nathalie no se había marchado como lo llegó a pensar.
—hermano todavía te duele tu amiguito—le preguntó Liliana señalando su entrepierna. Mientras su madre y Nathalie sonríen a complicidad pues ya Liliana se había encargado de contarles todo.
—que te jodan Lili— resopló furioso.
Sin dejar de observar fijo a Nathalie se sentó de frente con una mirada amenazante, comiendo en total silencio hasta que Andrea le pasó la revista y él escupió todo el jugo que tenía en la boca