Legamos al centro comercial de la ciudad, es grande y las variedades de tiendas giran alrededor de 200 tipos.
−Emma te veo muy feliz. – Apuntalo Chris, arqueando sus comisuras.
−Sí, me alegra escuchar que se casara, espero que él sea un buen chico.
−Estás tan feliz que me has llevado jalando de la mano todo este momento.
−Upss.... – Lo suelto de golpe.
No tengo la menor idea cuánto tiempo llevamos tomados de las manos.
−No me sueltes. – Vuelve a coger mi mano −. Si no te perderás y no quiero buscarte.
−Entonces me perderé.
−No juegues Emma, si lo haces lo pagaras en la cama.
Eso hace que ponga los ojos en blanco.
−Eres un pervertido de los más pervertidos que pueden existir, incluso te has metido a mi cama sin permiso.
−Solo contigo lo soy, y no me gusta dormir solo. − Hace una sonrisa pícara.
−Acaso tienes tres años.
−No, pero no llámenos la at