Capítulo 3.

Ilian: 

Ser uno de los mejores Alfas tiene su ventaja y su desventaja, cargo sobre mis hombros a una manada sumamente grande, llevo la responsabilidad de tener todo bajo control y en prosperidad. 

Esa es una de las características de la manada Colmillo de Oro. Nombre al cual le dio mi bisabuelo hace más de seiscientos años, nos caracteriza el Oro, estas tierras son exquisitas en ese material, posee una de las minas mas grande del mundo, eso se debe al trabajo de mis abuelos y mi padre que el al fallecer me dio el cargo de Alfa a la edad de veinte años, desde ese entonces empecé a entrenar para ser el mejor Alfa y el más fuerte.

 Y con el pasar de los años lo logre, me consagre como uno de los Alfas de sangre pura que existen, soy un gran Alfa y eso me lo han demostrado todos los integrantes de la manada, ya que todos me tratan con respeto y cariño, tal cual me enseño mi padre, desde niño me enseñó a tratar a las personas con respeto, sea el rango que sea, pero claro siempre infundiendo el respeto hacia un Alfa y así lo ha hecho mi manada por siglos. 

En la manada Colmillo de Oro tenemos lobos de todos los rangos y algunas otras especies fuera de los mismos, hay muchos animales que viven en la manada, a los omegas los tratamos como se debe, con respeto. En mi casa tengo empleados que son omegas y todos reciben un trato digno al igual que una buena paga; en mi manada no hay prejuicios, ni peleas por rangos, todos se tratan con respeto, como siempre lo fue. 

En la manada, como en todas, hay reglas, aquí la traición no la pagamos con la muerte si no con trabajo forzado por años, la última persona que murió por traición fue hace casi cien años cuando asesinaron a mi madre, aquella persona murió sin saber quien lo había enviado, pues se sabe que una de las fortalezas de la manada es la Luna y al ella morir todo se desequilibra, así paso con la manada, mi madre al ser asesinada, dos días después murió mi padre ya que ellos al estar enlazados, no pudieron vivir el uno sin el otro. 

Con la ayuda de mi Beta Mike, pudimos levantar la manada, no fue sencillo pero lo logramos, aunque la manada espera que algún día pueda encontrar a mi Luna.

Mi Luna, aun después de muchos muchos años la sigo esperando, fui de manada en manada pero aun no la he encontrado, así que hace dos años me rendi en buscarla, quería darle una Luna digna a mi manada y que se fortaleciera aún más, pero no lo logré. 

—Alfa —Ivana entró a mi oficina. 

Ivana, una hermosa chica de cabellos color fuego, mi más leal amiga y hechicera, ella ha ayudado mucho a la manada contra ataques de otros hechiceros y por supuesto es pareja destinada de Mike mi beta, ambos se conocieron en un pueblo de brujas cuando fuimos a entregar unos lingotes de oro a cambio de semillas mágicas para fortalecer las siembras. 

—Dime Ivana. —sonreí. 

—El Alfa Viktor ya está aquí.

—Hazlo pasar por favor —ella asintió y salió de mi oficina. 

Por la puerta entro mi más grande amigo Viktor Belov, el Alfa de la manada Trueno Nocturno, manada que está al norte de la mía, somos vecinos literalmente, el al igual que yo le tocó la responsabilidad de manejar la manada, ambas manadas son de las mejores y las más fuertes que hay, su padre y el mío fueron muy amigos y ambas manadas se unieron en caso de que quisieran destruir una o la otra, ambos con el pasar de los años nos hicimos muy amigos, el tampoco ha encontrado a su Luna, aunque el si no pierde el tiempo para estar con otras lobas, el perdió las esperanzas de encontrarla hace más de cinco años. 

—Ilian, amigo mío —me abrazó—, que gusto verte. 

—¿Como estas Viktor? 

—De maravilla —nos separamos y sonrió—, bueno, a lo que vine, a hablar de negocios ¿no?

—Calma —rei—. Antes de eso ¿quieres un trago? —el asintió. 

—¿Y Mike? 

—Anda en la frontera de la manada con la tuya, ayer hubo un ataque de rogers y está allá por si vuelve a suceder y atender a algún herido si es necesario. 

—Mi beta se quedó en la manada, ya sabes que no puedo dejarla sola. —asentí y le entregue el trago.

—Lo se —fruncí el ceño de repente, comencé a sentirme muy extraño. 

—¿Que pasa Ilian? ¿Estás bien? 

—No lo se, me siento inquieto.. —me senté en mi silla, no me gustaba esto. 

¡Siento que está en peligro! —me decía mi lobo desesperado. 

—¿Tu lobo está inquieto también? —Viktor me miró con confusión.  

—Si, el tuyo lo está por lo que veo —el asintió. 

—Si, creo que no me gusta esto —miraba a la nada—, siento que algo anda mal. 

Luego entró uno de mis guardias totalmente asustado. 

—Alfa perdón por entrar así pero hay un problema, en la frontera encontraron a alguien muy mal herido, parece que viene de otra manada —respiraba frenéticamente. 

—Vamos —Viktor se levantó de inmediato al igual que yo. 

Ambos salimos de la casa y fuimos hasta el hospital custodiados por sus guardias, Viktor a pesar de que somos muy amigos jamás sale sin protección, al llegar al hospital de la manada mi lobo aun seguía inquieto, tenía una mezcla de desesperación, ira y dolor. 

—Mike ¿Qué pasó en la frontera? —el venía saliendo de una habitación. 

—Encontramos a una chica en la frontera de la manada muy mal herida, desnuda y siendo perseguida por rogers, la chica está inconsciente en la habitación y... —no lo deje hablar. 

Viktor y yo entramos casi que corriendo a la habitación, al entrar sentí un olor a flores y fresas, ahí supe que ella era mi compañera y no solo eso, era la de Viktor también.

—¡Mia! —gritamos al unísono. Luego ambos nos miramos como si esto fuese una locura. 

No puede ser posible, ambos no podemos tener la misma compañera, es imposible. 

—Esto si que es increíble, ambos son los compañeros de ella —dijo Mike sorprendido. 

—Tenemos que buscarle solución a esto Ilian ¿es posible esto? —Viktor estaba aturdido. 

—¿Por que huele a otro macho? —yo estaba gruñendo, podía sentir el olor de otro en ella.

—No lo se, la encontramos con una fuerte herida en su pierna y desnuda, estaba cubierta de sangre y lodo. —dijo Mike serio— La traje de inmediato para acá. 

—¿La tocaste? —Viktor lo miró como si fuese a decapitarlo. 

—No —alzo ambas manos—, lo hicieron las enfermeras, calma Viktor —bufó.

—¿Qué haremos? —mire a Viktor— Es nuestra mate —murmure. 

—No lo se —negó—, estoy igual o mas confundido que tu —el no dejaba de mirarla. 

Esto es muy jodido, esto es algo que jamás había pasado en una manada. 

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