— ¡Carlos! - estaba sorprendida porque no lo esperaba y también porque no hablaba con él desde el viernes.
— ¿Vas a algún lugar? - él se acercó a ella.
— Sí, al cine.
— No sabía que te gustaba ir al cine.
— Te lo dije aquel día.
— ¿Dije? Debo haber olvidado. - sonrió incómodo.
— Vamos, te acompaño.
— No, gracias. No iré sola.
— ¿Alguna amiga? - esa respuesta despertó su curiosidad.
Antes de que ella pudiera responder, Henrique la llamó.
— ¿Ana está lista? - preguntó sin notar que ella estaba hablando con Carlos.
— ¡Sí! - Demostró entusiasmo.
— Ana, ¿quién es? - Carlos los interrumpió.
— Ah, casi se me olvida. Carlos, este es Henrique, hijo de un amigo de mi padre. Henrique, este es Carlos, el hombre para quien presto servicios de secretaria.
— Gusto, Henrique. - Carlos le estrechó la mano con un poco de fuerza.
— El gusto es mío. - apretó un poco más fuerte. - ¿Vamos, Ana?
La forma en que estaba mirando a Ana no le gustaba a Carlos, quien se autoinvitó a ir con ellos.
— Estaba pensand