No Puedo Contenerme
Cassie parpadeó, sorprendida por su petición. Sabía que lo más seguro sería aceptar, pero la aparición de Jules le daba algo de tranquilidad.
- No, está bien. - dijo con una pequeña sonrisa - Jules viene para ayudarme.
Como si su nombre hubiera convocado su presencia, Jules apareció en ese mismo instante, con su característico andar despreocupado y una sonrisa amplia en el rostro. Cassie exhaló aliviada, girándose hacia la recién llegada.
Jules era una mezcla entre una bruja moderna y una hippie de otro siglo. Su cabello rubio caía en ondas desordenadas sobre sus hombros y su ropa fluida parecía sacada de una feria artesanal, con faldas largas de colores tierra y blusas de encaje. Sus manos estaban adornadas con innumerables pulseras de cuentas y anillos con piedras brillantes que tintineaban con cada movimiento.