Como es su rutina de todos los días, Wilmer se fue para la clínica a continuar con sus obligaciones diarias.

También se llevó a la niña, ya que la niñera allá en la clínica es donde recibe el turno por la mañana para cuidarla ya que Wilmer aún no permite que las personas que cuidan de su hija entren a la mansión.

Comenzó a atender a sus pacientes y al final de su primer jornada recibió una llamada telefónica del departamento de policía, quienes le advierten que tenga mucho cuidado porque la señorita Sandra Oquelí se ha escapado del centro penal y que no saben cómo lo logró hacer.

Wilmer en ese momento se sintió frustrado y lleno de rabia y les llamó cobardes a ellos porque se les escapa una mujer y no digamos un hombre como no va a escapar en sus propias narices.

El oficial le pidió que se mantuviera al pendiente y que si algo llegase a ocurrir, o que si él se entera de donde ella se está alojando que de inmediato se lo haga saber al departamento de polic