Daba vueltas por su casa, desde que Amed la había lanzado al viento, vivía sola rumiando sus penas, si tan solo estuviera Shary con ella; pero, había desaparecido y no se la encontró en Fez. Tal vez huyó por ese matrimonio forzado y ella en las nubes no se dio cuenta de las intensiones de su hija y nada de lo que hizo por conservar su matrimonio ayudó.
Amed se casó en una fastuosa fiesta y ella, repudiada, segregada de todo, no era justo; esa mujer era joven, hermosa, vital y lo tenía cautivado, ni lo veía… Tres penosos años así.
Una de sus empleadas llegó con un presente.
—¿Será de Amed?
Al abrirlo era una joya hermosa y la invitación decía:
Te invito a un viaje al pasado del que no te arrepentirás. Envía un sí, si aceptas o un no si te niegas. ¿Qué puedes perder? Ya lo perdiste todo. ¿Qué puedes ganar? Dicha y una renovación a la vida que llevas.
Eso llamó su atención y después de considerarlo, envió el mensaje “sí” y esperó
¿Qué trama Malak? Pobre Hanza, quedó muy mal con la noticia, pero al menos sabe que hay un bebe de por medio.